Si te doblo atrapo encojo
y pliego en cruz:
Si muere el rocío de tus ojos
y te sacuden mis elipses
de entrantes y salientes
al vuelo bronco
del buitre de mis dientes
pierdo la conciencia
en el deleite
constante de la muerte
y al vino de tu pecho,
ebrias,
huelen aullando mis narices.
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